Esta es una enorme e intensa diatriba contra el orden establecido desde los tiempos de la independencia y cuyas consecuencias son perceptibles en la organización política y social del país actual. Abuelo Macedonio narra una intensa historia que se desdobla en múltiples pliegues, interiores y exteriores en los que encontramos grandes hechos, pero también pormenores de lo que ha constituido nuestra historia y en particular sobre la independencia de la Gran Colombia con su próceres e innumerables personajes como una proyección de la consciencia del autor.
Fabio Rodríguez Amaya toma en esta novela episodios históricos que va transformado en un multiforme y vertiginoso discurso narrativo y político con el que va construyendo su forma novelesca. En este torrente aparecen acontecimientos vinculados al género picaresco, a la novela histórica, de rancias costumbres (toques pintorescos que se vuelven estampas crueles de sociedad), al relato de gestas guerreras, a la crítica de ambiciones políticas, todo ello narrado con una intensidad que es una celebración del del lenguaje y de la utopía.
A abuelo Macedonio, sobre quien gira la narración, se le presenta inmerso en un torbellino verbal cuyo sentido parece ser el reflejo del mundo narrado inmerso en el caos mental que va a recorrer el protagonista. Abuelo Macedonio, si bien vive en un orden cerrado, también está dominado por las fuerzas históricas jerárquicas y dominantes de la época de la independencia, el Estado y la República nacientes y la iglesia. Pero aun cuando es sujeto de los valores y conflictos de su tiempo, escapa de ellos en la medida que es o cree ser un visionario.