Aké es la primera de las novelas que Soyinka dedicó a relatar sus recuerdos y experiencias. Soyinka era un muchacho curioso, amante de los libros y siempre en problemas, criado en una familia cristiana y con un abuelo que le introdujo en las tradiciones yoruba. Esta evocación de los paisajes, sonidos y aromas que dieron forma a su mundo da lugar a una novela cargada de humor y del candor y la perspicacia de una mirada infantil, básica para comprender la literatura de Wole Soyinka.