El autor periodista cardinal y siempre dispuesto a desafiar las modas políticas del momento con inteligencia y humor, él demuestra en este libro que mejorar sustancialmente la educación, la ciencia, la tecnología y la innovación no es tarea imposible. Pero sí tremendamente necesaria. La razón es simple: el siglo XXI será el siglo de la economía del conocimiento. Contrariamente a lo que pregonan presidentes y líderes populistas latinoamericanos, los países que avanzan no son los que venden materias primas ni productos manufacturados básicos, sino los que producen bienes y servicios de mayor valor agregado. Este texto es un agudo viaje periodístico alrededor del mundo, que aporta ideas útiles para trabajar en la principal asignatura pendiente de los países y la única que podrá sacar de la mediocridad económica e intelectual en la que viven todos: la educación.