El autor islandés Bergsveinn Birgisson, hijo de un pastor de ovejas y pescador, pudo rescatar una enorme tradición oral que de otra forma hubiese quedado en el olvido, convirtiéndose así en un arqueólogo de la palabra, un espeleólogo de las tradiciones perdidas, un etnólogo de un pueblo que desaparece detrás de la niebla del norte y bajo un espeso manto de nieve que oculta un pasado extraordinario.
Con claridad retrospectiva y afecto poético, Bjarni, el protagonista de Carta en respuesta a Helga, escribe una epístola a su examante, tejiendo una vida de anhelo por la presencia sensual de la mujer amada y los placeres viscerales de la exposición diaria a la inclemente naturaleza del norte. Al reflexionar sobre una vida larga y sencilla, finalmente se encuentra dispuesto a explicar por qué evitó las opciones glamurosas de la modernidad y prefirió quedarse en la tierra trabajada
por sus antepasados.