Ambrose Bierce tuvo una especial habilidad para escribir relatos que se desenvuelven en ese clima incierto en que lo que llamamos realidad empieza a deshacerse para dejar irrumpir otros ámbitos, fenómenos o estados de conciencia que despiertan la desazón en el lector. En esos cuentos inquietantes, Bierce tiende a combinar el terror con importantes dosis de ironía que en último término revelan a sus personajes como víctimas de sus propia debilidades y limitaciones.