Los libros de Alfredo Molano tienen dos virtudes fundamentales. La primera es que le muestran al lector la cara oculta de esa otra Colombia, ancha y ajena, que por lo general apenas se menciona de paso en los medios masivos de comunicación. La segunda es que utilizan un lenguaje que recurre por igual a la sociología, al periodismo y a la literatura para captar en todo su esplendor la dimensión humana, trágica pero vibrante, de un país que en los últimos cuarenta años ha cambiado más que en todo el resto de su historia. De ahí que los libros de Molano sean a la vez un testimonio y un reto, una realidad y una fantasía, un producto de la vida y de la imaginación literaria.