No se entiende la obra literaria de Fernando Pessoa sin el diálogo constante y a menudo atormentado que mantuvo consigo mismo, con su pasado, en un intento de desentrañarse y de indagar en la extrañeza que sintió en el mundo real. En su Diario, en los poemas, en Libro del desasosiego, probablemente su obra maestra, y a través de los personajes heterónimos a los que dio vida, no deja de preguntarse por sí mismo, por su papel en la vida, por la visión que tendrán de él quienes le rodean.
En esta antología de textos espigados por Gonzalo Torné de la obra del autor portugués, el lector podrá formarse una idea completa de su vida desde la época juvenil en que empezó a escribir el Diario hasta los últimos años antes de su muerte en 1935, a los cuarenta y siete años. Una vida discreta, casi de oficinista diurno, siempre en Lisboa, ciudad con la que mantuvo una relación ambigua, y recorrida por la soledad, la observación atenta de cuanto le rodeaba, la contemplación y, por supuesto, la escritura, el verdadero hábitat de Pessoa.
Fue después de su muerte cuando se conoció el alcance de su obra literaria, la sugerente variedad de géneros y registros y el peso que tiene en ella la introspección y el análisis de la propia vida.