Una historia refrescante para reirse, sorprenderse y fomentar el hábito saludable de lavarse los dientes.
Puaj, qué peste. ¡En el zoo nadie se lava los dientes! El director tiene un plan infalible: encarga a su ayudante el erizo Ernesto Mentolado una misión arriesgada. Un poco de pasta de dientes en su espalda... ¡y a trabajar! Ernesto frota fuerte, limpia dientes grandes, pequeños y afilados y deja a todos los animales listos para la gran foto de familia: ¡Patataaa!
¡Lavarse los dientes nunca había sido tan divertido!