Los niños necesitan moverse y jugar con libertad. Y, en este proceso, los adultos tenemos un papel muy importante: debemos ofrecerles las condiciones óptimas para que su potencial de juego y movimiento pueda desarrollarse con plenitud. ¿Cómo debemos poner al niño cuando todavía no puede moverse con autonomía? ¿Tenemos que jugar con él, o eso le hace más dependiente? ¿Debemos preocuparnos si empieza a caminar más tarde que los otros niños? ¿Qué materiales de juego son los más adecuados para cada etapa?