Este pequeño gran clásico de las letras norteamericanas, inédito hasta ahora en español, cuenta las divertidas aventuras y anécdotas, de viaje en viaje, de un peculiar coleccionista de libros. Acumuló sus libros durante años en el enorme desván de una granja del condado de Westchester. Cuando ya no cupieron allí los trasladó a un gran almacén del pueblo. Era la atracción del lugar. Los aldeanos aplastaban la nariz contra las ventanas e intentaban curiosear en la penumbra a través de las persianas medio bajadas… Pero por extraño que parezca, las conversaciones de este gran coleccionista (de un humor inteligente y ácido las que aquí se narran) giraban menos en torno a los libros acumulados que a los hombres que había tras ellos, o a los que conocía a partir de ellos.
Este pequeño gran clásico de las letras norteamericanas, inédito hasta ahora en español, cuenta las divertidas aventuras y anécdotas, de viaje en viaje, de un peculiar coleccionista de libros. Acumuló sus libros durante años en el enorme desván de una granja del condado de Westchester. Cuando ya no cupieron allí los trasladó a un gran almacén del pueblo. Era la atracción del lugar. Los aldeanos aplastaban la nariz contra las ventanas e intentaban curiosear en la penumbra a través de las persianas medio bajadas Pero por extraño que parezca, las conversaciones de este gran coleccionista (de un humor inteligente y ácido las que aquí se narran) giraban menos en torno a los libros acumulados que a los hombres que había tras ellos, o a los que conocía a partir de ellos.