Sopla una tormenta, una tormenta tan fuerte que arranca los árboles y hace volar las bicicletas y los lavaderos. ¡Oh, no! Una ráfaga especialmente poderosa se ha llevado la casa del señor Rumpelpún hasta lo más alto de una montaña. ¿Qué va a hacer el pobre ahí arriba? Tranquilos, con la ayuda del general Ribas y de los demás habitantes de la ciudad, el señor Rumpelpún no pasará mucho tiempo a solas allá en las alturas.