Había una vez tres pequeños monstruos que vivían en un tenebroso castillo, el cual se encontraba, a su vez, en lo alto de una tenebrosa montaña. Estos tres engendros se la pasaban todo el día discutiendo quién era el más malo, el más horrible y el más aterrador de todos; sin embargo, nunca se ponían de acuerdo. Un día se les ocurrió crear un enorme monstruo. Querían que fuera el más malo, horrible y aterrador de todos los monstruos que habían existido sobre la faz de la Tierra. De esta forma ya no discutirían más. Así pues, pusieron manos a la obra y crearon a una gigantesca criatura. No obstante, en cuanto ésta cobró vida, los tres pequeños monstruos se llevaron una gran sorpresa.