La creatividad sin límites de Øyvind Torseter no deja de sorprendernos. El galardonado autor nos lleva en esta ocasión a una historia donde el héroe es ese hombre pequeño que triunfa en las situaciones en las que otros fracasan.
Su gran afición por los cuentos de hadas lleva a Torseter a crear El mulero tomando como base un cuento tradicional noruego, «El trol sin corazón», una historia que Torseter hace suya en un libro inclasificable libro que está a medio camino entre la mejor novela gráfica y el álbum ilustrado más moderno.
El protagonista de esta historia nos resulta familiar. Lo conocemos porque también es el protagonista de Agujero. En esta ocasión, este joven deberá enfrentarse a multitud de retos para cumplir la misión encomendada por su padre: conseguir llevar de vuelta a casa a sus hermanos. Para ello deberá destruir el corazón de un malvado trol.
La magia y la pericia de Torseter dotan a este relato de una intriga, unas dosis de humor y refinamiento donde la antigua épica se diluye en cada trazo, fresco y espontáneo, y se actualiza en un ir y venir de animales parlanchines que echan un cable cuando se les necesita, princesas que no son de pitiminí, cuevas laberínticas y estrategias más o menos desquiciantes.
En palabras del autor: «Esta es una historia épica de audacia a lo grande en una época lejana y difícil. Una historia sobre elecciones imposibles que requieren tremendo arrojo. Un relato sobre un joven que ha de arriesgar la vida para encontrar a sus hermanos y la felicidad. También trata un poco sobre montar a caballo, sacos de dormir, excursiones y cosas así».