Este libro provocó un giro en la literatura infantil y juvenil durante la década de los 70. Su autor, Manuel António Pina (Premio Camões 2012) hace uso del humor y el sinsentido, propone a los niños mirar lo cotidiano desde otras perspectivas, y en cuatro divertidas historias ilustradas convierte la experiencia de lectura en un juego y un viaje difícil de olvidar.