Mosquita sólo quiere divertirse al volar, pero cada que conoce a alguien opina que lo hace mal. En el parque, Mosquita practica feliz su vuelo, haciendo algunas piruetas, giros y algunos bamboleos. El mirlo, la gaviota, el estornino y el halcón se turnan para dar consejos a Mosquita sobre la mejor manera de volar: en línea recta, en bandada, planear con el viento
Mosquita intenta seguir sus consejos, pero cada vez está más convencida de que ésa no es su manera de volar. Con un giro dulce e ingenioso al final, éste es un libro encantador sobre ser fiel a uno mismo frente a la opinión de los demás.