Estamos cansados de amar con vergüenza, de engendrar con miedo, de trabajar sin ganas, de luchar sin fuerzas, de morir sin gracia. Y estamos cansados de ser los cómplices de nuestros verdugos, de elegir a los que nos matan, de alimentar a los que nos roban, de admirar a los que nos desprecian.
Estamos cansados de que cueste tanto una educación que nada resuelve. Cansados de que nos sigan diciendo que al crimen se lo combate con criminales, que a la pobreza se la combate con jueces y cárceles; cansados de que las soluciones sigan siendo las mismas que nunca solucionaron nada.
Queremos un país y queremos un mundo. El resultado de doscientos años de falsa democracia son los ríos envenenados, los páramos destruidos, las selvas taladas, las ciudades rodeadas de miseria, el hambre en los vientres y el odio en los corazones.
Estamos cansados de esperarlo todo y de no recibir nada. Estamos cansados, pero ese cansancio no es una nada. Estamos cansados, pero ese cansancio no es una derrota.