Rousseau superviviente de un atentado se despierta con la cara cubierta de vendas en un hospital. Todo es blanco en su cabeza. Lo identifican como perro en un mundo donde los gatos, que representan la violencia, luchan por su libertad. Empieza un largo viaje personal teñido de fantasía, gracias a su blanca memoria y luego Rousseau puede volver a ver el mundo con otros ojos.