La adopción es un tema del que aún se habla poco. A pesar de ser una práctica tan antigua como el concepto de familia, para muchos es un tabú. Pero ¿por qué?
En estas páginas, Marisa Lacouture aborda de frente y con la mayor naturalidad este asunto, y demuestra que no hay razón para que un acto de amor tan grande sea motivo de vergüenza. Por el contrario, la adopción se ha convertido en su mayor orgullo, pues les permitió a ella y a Fernando, su esposo, tener la familia que siempre habían soñado, y brindarles un hogar a María Isabel y Fernando Andrés.
A través de una prosa sencilla y honesta, la autora nos invita a la intimidad de este hogar y nos cuenta sobre el proceso de adopción de sus hijos, que fue abierto y transparente; cuáles fueron los principales retos y dudas que enfrentaron durante la crianza; la importancia de una comunicación asertiva y constante, y, sobre todo, cómo, sin ayuda de la biología, construyó una familia unida y feliz desde el amor incondicional y la exaltación de las diferencias.
Este es el libro que Marisa deseó haber tenido en sus manos como madre adoptiva, y sin duda se convertirá en un compañero para quienes empiezan a recorrer este camino, o quisieran hacerlo. Y quienes no, encontrarán en estas líneas una lectura conmo-vedora e inspiradora que, desde lo más profundo del corazón, nos habla del valor de las relaciones humanas y del verdadero significado de la familia.