Este no es un libro defectuoso ni ha sido carcomido por una polilla gigante. El agujero real, justo en el centro del libro, es culpa de Lucas, el pequeño malhechor que encontró un cohete en el sótano de un edificio. ¿Que si lo encendió? ¡Por su puesto! Un truhán de este calibre no se habrÃa quedado con la tentación de lanzarlo, dejando a su paso las más divertidas situaciones. Este clásico de la literatura infantil, escrito en 1912, revive para los niños de nuestros tiempos, en esta bella edición.