Traducción de Luisa Fernanda Garrido
Traducción de Tihomir Pitelek
A ratos autobiográfica, a ratos lírica, pero siempre afilada e ingeniosa, Dubravka Ugreic, autora de Baba Yagá puso un huevo, nos propone un recorrido irónico y atemporal sobre las idiosincrasias estadounidenses, narrado desde el exilio, el amor y el humor.
Durante las guerras balcánicas de principios de la década de 1990, Dubravka Ugreic viaja como conferenciante invitada a Middletown, Connecticut. A un mundo de distancia de los brutales asedios que estaba sufriendo Sarajevo y de la retórica nacionalista de Miloevic, debe hacer frente a la vida cotidiana de Estados Unidos, donde se ve asediada por una oleada de comportamientos del todo incomprensibles. Footing compulsivo, culto al cuerpo, networking desquiciado, confesiones improcedentes de sentimientos íntimos, optimismo obligado y atracones de bagels: todo ello bajo la afilada lupa de Ugreic, que se enfrenta en primera persona a las contradicciones y extravagancias de la sociedad estadounidense. Desde la perspectiva de una refugiada yugoslava, el reconfortante velo del consumismo occidental se rasga, y queda al descubierto el esqueleto de mitos colectivos que configuran silenciosamente los comportamientos, actitudes y leyes de nuestra sociedad.
Organizados como un diccionario ficticio, estos incisivos textos de Ugreic son tan relevantes ahora como la primera vez que se publicaron. Una reflexión profunda e hilarante que pone sobre la mesa las miserias de Occidente frente a la tragedia inmediata de un pueblo marcado por la desposesión y por la guerra.