Tenemos un problema: nuestro cerebro ha evolucionado para evitar el dolor pero, a cambio, nos hemos vuelto adictos a los estímulos opuestos: drogas, comida, juego, compras, redes sociales, pornografía. La responsable es la dopamina, la sustancia química que gobierna los centros del placer y el dolor en el cerebro.
Anna Lembke, psiquiatra y especialista en adicciones de la universidad de Stanford, explica por que el consumo desenfrenado conduce a la adicción, la depresión y la ansiedad, y cómo conseguir el nivel perfecto de satisfacción manteniendo los niveles de dopamina bajo control. Las cautivadoras historias reales de pacientes que cayeron en las garras de la adicción y encontraron la salida son el persuasivo tejido que unifica esta obra inteligente, amena y radicalmente humana.