En la historia de la literatura brasileña, Clarice Lispector inaugura tardíamente la posibilidad de una ficción que, sin depender del desarrollo circunstancial y complejo de una trama novelística decimonónica, logra alcanzar la condición de excelencia atribuida por los especialistas. En el canon de la literatura brasileña, esa trama novelística, por otra parte, aludía directa o indirectamente a un acontecimiento de la formación colonial y del desarrollo nacional. Hasta la publicación de los escritos ficcionales de Clarice Lispector, las tramas novelísticas brasileñas estuvieron al servicio de los acontecimientos, así sea atadas a ellos, para confirmarlos y darles un peso institucional, o bien en descreimiento de ellos, para negarlos y, de esa manera, darle peso por la crítica hostil.