Tal como en la Biblia, todo comienza en el Génesis. Desde entonces nos remontamos a las hazañas de los felinos que lentamente, con habilidad y astucia, se fueron adueñando de todo.
¿Los conquistamos con un robot gigante? Acá los delirantes sueños de una raza de animales que no se conformó con un ovillo de lana o con un cajón con arena, y fue más allá.
Esta es la fantasía de Alberto Montt sobre cómo los mininos se apoderaron del planeta.