¿Quién no ha pensado alguna vez en meterse en una piscina para desaparecer por un instante y perder de vista el sofocante calor del verano?
Ji Hyeon Lee nos lleva de viaje en esta delicada historia a un mundo poblado por seres fantásticos que se parecen mucho a los seres acuáticos que ya conocemos. Es una travesía corta, pero esencial: aquella que realizan algunas personas, en este caso los niños, para cruzar al otro lado del espejo y experimentar con aquello con el que realmente están soñando. La unión entre entusiasmo e imaginación pueden conseguir cualquier cosa.
A los ojos del lector, en la piscina no cabe un alfiler, pero los protagonistas saben que siempre hay sitio para ellos. La piscina no acaba en la superficie, hay mucha más agua bajo el gentío. Y ese es su sitio. Es ahí, fuera de los lugares comunes, fuera de lo establecido, donde la vida alcanza su plenitud, donde comienza la magia. Y lo mejor de todo es que siempre habrá alguien más que se sienta contagiado por ella.