Los felices por siempre no son la solución a todos los problemas de la vida o la garantía de que sea fácil. Son más bien una promesa que nos hacemos para siempre sacar lo mejor de nosotros, a pesar de todas las circunstancias. Cuando nos concentramos en la alegría en tiempos de dolor, cuando optamos por reír en los días que es difícil sonreír y cuando ponderamos nuestras victorias por sobre nuestras derrotas: esos son los verdaderos felices por siempre. Y uno no llega a ellos siendo perfecto; por el contrario, es nuestra humanidad la que nos guía. Y eso es lo que los cuentos de hadas nos han estado intentando enseñar todo este tiempo... En esta última gran aventura, Conner y Alex deberán enfrentar lo imposible: los personajes de los cuentos de hadas han invadido Nueva York. Cuándo los mundos colisionen, ¿podrán los gemelos salir victoriosos?