Leer, de ANDRÉ KERTÉSZ, es uno de los libros de fotografía más importantes del siglo xx. Un libro que ha sido imitado hasta la saciedad, pero único: éste es el original y ninguna imitación tiene su calidad ni su encanto. Un libro que narra -que cuenta- de otro modo: con imágenes.
Más de cuarenta años después de su primera y celebrada edición en inglés, este clásico de la fotografía -aún hoy moderno, tierno y revelador- se publica por primera vez en castellano con un prólogo escrito para la ocasión por Alberto Manguel y una nota de Robert Gurbo, experto en la obra de Kertész.
En las fotografías, tomadas entre 1915 y 1970, Kertész capturó a lectores de toda condición en momentos intensamente personales -y sin embargo universales- en cualquier lugar imaginable: azoteas, parques públicos, calles abarrotadas... Tal vez en memoria de su difunto padre, que era librero, o porque entendía profundamente la naturaleza transformadora de la palabra impresa, Kertész empezó a fotografiar a personas absortas en la lectura tan pronto como comenzó a tomar fotos; un tema que siguió intrigándolo mucho más tarde, ya en París o en Nueva York, incluso en sus viajes por todo el mundo.
Una de las primeras fotografías de esta colección -tres niños pequeños encorvados sobre el libro que uno de ellos sujeta con las rodillas- la hizo en Hungría con poco más de veinte años y fue el inicio de una serie fascinante que todavía hoy imitan muchos otros fotógrafos. Tan juguetonas como poéticas, las imágenes de este apasionante libro celebran el poder absorbente y el placer de esta actividad solitaria, y hablarán tanto a los fans de la fotografía como a los de la literatura.