Litos anda todo el día durmiéndose por los rincones. La culpa es del monstruo del armario. El problema no es que le tenga miedo, sino que, después de permanecer todo el día solo y encerrado, el monstruo del armario sale por la noche con unas ganas terribles de conversar y no le deja pegar ojo. Mimi, la amiga de Litos, tiene una buena idea: el monstruo del armario necesita un amigo con el que jugar durante el día. Así que le presentan a Casacabel, el gato de Litos. Los dos se lo pasan en grande, pero las cosas no siempre salen como uno espera.