En este documentadísimo (y no menos divertido) relato de las grandes extinciones del pasado, Peter Brannen nos demuestra que los fósiles también pueden darnos pistas para no ser los siguientes en extinguirnos en el futuro.
Aunque no lo parezca, nuestra Tierra se ha extinguido ya cinco veces: ha sido asada, congelada, envenenada, asfixiada y apedreada por asteroides. La ciencia sugiere que el cambio climático jugó un papel crucial en las catástrofes más extremas de la historia del planeta. Peter Brannen se sumerge en un intrépido viaje a través de las cinco extinciones masivas del planeta para explorar cómo han sido esos callejones sin salida de su pasado y al mismo tiempo, ofrecernos un atisbo de nuestro futuro, un futuro cada vez más peligroso.
La hipótesis con la que trabajan los investigadores es que los cambios climáticos del siglo XXI muestran patrones análogos a los de esas cinco extinciones. Rastreando las pistas visibles que estas devastaciones han dejado en el registro fósil, descubrimos unas escenas del crimen -desde Sudáfrica hasta las Palisades de Nueva York- que nos dan evidencias sobre la historia de cada extinción. Con un estilo muy divertido, el autor de acerca a estas pistas en forma de registro fósil (plagado de criaturas como libélulas del tamaño de gaviotas y peces con boca de guillotina), y de la mano de los científicos que los investigan con herramientas forenses de la ciencia moderna, reconstruye lo que realmente sucedió en esas escenas del crimen que las extinciones del pasado dejaron en la Tierra.