En 1946, Ludka Nowak, una niña de nueve años, llega a Barcelona acompañada de un centenar de niños huérfanos polacos. Muchos de ellos secuestrados por los nazis alemanes y sometidos a un intenso proceso de germanización durante la Segunda Guerra Mundial. La Cruz Roja Internacional y el Consulado Polaco hacen posible que los niños sean acogidos en la ciudad, donde se funda la primera escuela polaca. Mientras las autoridades buscan a sus familias, los niños recuperan la lengua y la cultura que les ha sido robada. Gracias a la amistad con Emma, una niña de su edad, Ludka, sometida al desarraigo más absoluto, conseguirá recordar episodios de su pasado y recuperará su verdadero nombre.