TERESA COUTINHO / (IL) PEDRO SOUSA PEREIRA
María tenía prisa para saludar al mundo y decidió salir de la barriga de su mamá, pero durante sus primeros días de vida su casa era un incubador. La niña soñaba con los besitos de su madre y con los abrazos de su hermanito. Cuando finalmente consiguió salir, resultó que no era fácil para ella aprender a mover sus piernas y brazos. En la escuela la niña jugaba con amigos, pero siempre eran ellos que tenían que acercarse a ella. Era muy alegre y se reía mucho, sin embargo, sus amigos seguían preguntándose ¿por qué María no anda?". Cuando María hablaba con su madre, esta la explicaba: "Todos somos diferentes. Ser diferente es ser especial". Y como María era siempre feliz y sonriente, nunca le faltaron amigos.