Dentro del contexto de la filosofía mundial, no cabe duda de que el joven movimiento filosófico frances, inspirado directamente por literatos y pensadores como Bataille y Klossowski, y dentro del cual podemos citar los nombres de Foucault, Derrida y Deleuze, constituye una de las vías más sugerentes, ricas y estimulantes.
Ello es debido a su privilegiada situación cultural, puesto que confluyen en su reflexión la línea filosófica que, arrancando de la fenomenología, desemboca en Heidegger, así como los desarrollos más estimulantes de las ciencias humanas (marxismo, psicoanálisis, Óestructuralismo"), los hitos más sólidos de la Óvanguardia" en literatura y arte y, por último (y sobre todo), el revulsivo de ciertos escritores reputados como Ólocos" o como Ómalditos" (especialmente Nietzsche, Artaud, Roussel).
Esta síntesis había dado lugar hasta ahora a reflexiones sectoriales o a una renovación del utillaje metodológico. Pero las obras de Derrida y muy en especial Lógica del sentido y Repetición y diferencia de Deleuze constituyen una realización cumplida de enormes alcances. En ellas se sientan las bases -y se construye un sólido edificio teórico- de una filosofía verdaderamente renovadora