Estos cuentos suceden en las laderas de los Andes, en el invierno de Ithaca, en Marte, en París. En ellos, Liliana Colanzi logra acoger de una manera sagaz la ciencia ficción y la fantasía, las hace dialogar con el realismo y explora a través de ese encuentro la idea de la muerte en las grietas del mestizaje, allí donde la idiosincrasia indígena y su historia de explotación chocan con la vida moderna y urbana. Nuestro mundo muerto es a la vez un punto de llegada y de partida: aquí confluyen nuestras tradiciones fundamentales para ser renovadas y abrir nuevos caminos.