Pablo es un niño que nació con la tristeza en los labios, pero es incapaz de llorar. Todos ignoran el motivo de su tristeza. Tampoco saben que dentro de él habita un lobito. Conforme Pablo crece, el lobito de su interior también se desarrolla. Un día, este personaje no puede más y llora por primera vez en su vida. En ese instante el lobito sale de su interior. Ello representa un cambio radical en su vida cuyas consecuencias serán impredecibles. Mediante un trazo puro y sobrio, Imapla logra una original metáfora de la condición humana.