Entre la respiración húmeda de las vacas y el sol curuba de las veredas de Cundinamarca, Lorencita, la niña guaquera, ha desaparecido. El obispo de Duitama viaja a Subachoque para investigar su caso, y, al dar con un pueblo plagado de falsas versiones, decide inventarle una ficción al misterio para que triunfe la esperanza. Pero otro forastero terminará de enturbiar la paz de unos personajes vívidos que, a pesar del horror, se aferran a la placidez de sus rutinas.
"En el rastro de las niñas muertas y con ecos de hombres acabados, se compone Pan y paciencia: una historia que sube desde lo enterrado, una visión de violencia y aventura, una conversación de torrente y ternura. Una sorprendente canción campesina. Un remolino".
Carolina Sanín
"Esta trama sobre el terror y sus fantasmas demuestra cómo el paisaje de nuestras tarjetas postales está habitado por los misterios de la muerte, revelados con una experimentación formal que hace de la tradición un reto para renovarla".
Hugo Chaparro Valderrama
Sobre el autor y su obra se ha dicho:
"El mejor, por mucho, es "El obispo de Duitama", de Matías Godoy, a quien le da por imaginar que Odiseo no es un guerrero argivo, sino un prelado boyacense".
Humberto Ballesteros Capasso. Sobre el cuento del autor incluido en la antología Puñalada trapera
"Es un animal distinto, una suma original y encantadora de géneros diversos".
Diego Castillo. Sobre Pintura fresca
"Godoy ha demostrado talento y gracia para escribir narrativa, para enfrentar el arduo trabajo de novelista".
Luis Germán Sierra. Sobre Las glorias