En un pueblo hay una dama redonda y blanca como la porcelana, Rosa-Luna, a quien le gusta cantar. Pero en el pueblo de los Nunca-Contentos muchos no soportan su voz. Por eso se ve obligada a irse al bosque, donde los lobos se convierten en su mejor público. El problema comienza cuando Rosa-Luna regresa a su casa y estos la siguen: la gente querrá deshacerse tanto de ella como de los temibles animales. Con una catapulta resolverán la historia y, sin querer, darán al mundo su Luna.