Un mundo en el que hombres y mujeres podían conseguir y mostrar la misma cantidad de dinero y poder. Donde las mujeres tenían las riendas de sus vidas y tomaban sus propias decisiones. Y por eso, las cuatro amigas alrededor de quienes gira la trama, tenían más de treinta años, éxito profesional, vidas lujosas sin ser estrafalarias y todo esto estando aún solteras. Mujeres solteras, independientes, triunfadoras, en cuyas vidas los hombres orbitaban alrededor de ellas, pero no las definían. Yo no conicía una sola mujer así en la vida real a mis diecisiete años.
La amistad entre mujeres es un pilar importante para nuestra liberación, por eso, plasmarlo en una serie que se convirtió en tal fenómeno millonario, fue un acto de feminismo puro. Si lo hicieron bien o mal es un cuestionamiento válido. Pero la relevancia fundamental es que hace veinte años Carrie, Samantha, Miranda y CHarlotta le demostraron a toda una industria que las mujeres existimos y queremos vernos en las pantallas, y eso las convierte en pioneras.