Stolper es tropezar y steine es piedras. El escultor Gunter Demnig ha puesto en las calles del mundo una serie de traspiés para
honrar los exterminados de un pueblo. Selnich Vivas tropieza en estos poemas con la atrocidad y la fuerza de vivir: desde ese
4 de julio en Ruanda hasta el decurso de 1942 en Czernowitz, desde el 15 de julio en Mapiripán hasta el 2 de mayo en Bojayá,
pasando por el conato de la revolución francesa o el año en que Nietzsche empezó a creer en sí mismo.