«Se dice que el Tao Te Ching fue escrito por Lao-Tse en el siglo VI antes de Cristo. Igual que pasó con los libros de Homero algunos piensan que el Tao es obra de varios filósofos y no de una sola persona. Sea como fuere, esta obra de apenas cinco mil ideogramas ha perdurado más de dos mil quinientos años y es una de las piezas filosóficas más importantes de China y del mundo». Así lo describe Erik Flakoll Alegría, traductor que junto con su madre, Claribel Alegría, dedicaron cinco años a buscar su propio acercamiento al chino clásico.