Federico García Lorca es, fue, el artista provocativo de Granada, de España, de la Generación del 27. Activo, prolífico, sociable, íntimo y apasionado, sus escritos, dibujos y canciones no se desentienden de sus actitudes y de sus cualidades. Por el contrario, el acercamiento a su escritura permite intuir su ardiente observación. La finura de los trazos de sus dibujos muestran la imaginación y sutileza con las que podía traducir la vida. Su cancionero revela la inocencia infantil que logró hurtarle al tiempo. El espacio de Lorca revive y reposa en su obra; a la que generosamente se brindó para testimoniar sobre el enamoramiento, la guerra, la muerte, la bravura gitana y la dulzura del niño, el dolor, la exaltación. Su evolución artística estuvo destinada a concretarse por el volumen y la fuerza de su producción; por el sentido y la entrega que le dedicó. Así, también, percibió todos los matices cotidianos y logró su reflejo en la escena. La ironía y el ridículo, la farsa y el drama se resaltan en sus clásicos teatrales, cincelados de poética. De aquellas primeras ediciones de su obra -que aparecieron desde 1938 a 1946 en ocho tomos y fueron recopilados por Guillermo de Torre- Losada presenta ahora el Teatro completo del escritor español en un volumen. Durante los más de setenta años de vida de Losada, Lorca acompañó así su desarrollo y prestigio, otorgando su cuota de importancia.