Si los escritores son unos mentirosos que dicen la verdad, el título de este libro cumple con su cometido: no es un tratado, no es de culinaria y, más que para mujeres tristes, parece escrito para mujeres alegres, demasiado alegres. Sin embargo, tiene recetas de cocina, así que en cierto sentido es un manual de culinaria. Y como a veces da risa, es posible que consuele, por lo que puede ser útil para las mujeres tristes, o al menos para las mujeres que han conocido la tristeza.
¿Y los hombres? Bueno, los hombres son unos pobres desterrados de la cocina, así que también a ellos les conviene saber lo que se cuece ahí adentro.