Un fresco histórico sobre la convivencia de dos culturasáa lo largo del tiempo.
A su paso por Bosnia, un puente cruza el largo río Drina. No une simplemente dos orillas, sino que pone en contacto dos mundos y dos culturas muy diferentes: la cristiana y la musulmana. A lo largo de sus cuatro siglos de existencia, desde el siglo xvi hasta la Primera Guerra Mundial, ese simbólico puente levantado en pleno corazón de los Balcanes ha condicionado el destino de dos comunidades separadas y sin embargo tan cercanas.