ADRIANA CARREÑO CASTILLO / IL. GABRIELA OTÁLORA
Simón ama a Luciana y odia las espinacas. Aunque si tuviera que comer un gran plato de esa planta mutante por el amor de ella, no lo pensaría dos veces. Simón le ha escrito una carta a Luciana confesando su amor, y le ha pedido a su mejor amigo, Pepo, que la entregue porque él no tiene el valor para hacerlo. Pepo no ha completado la misión. Ahora las palabras de Simón pasan de mano en mano y un insospechado desfile de enamorados atraviesa el parque del barrio, persiguiendo un amor como el que Simón siente por Luciana.