A veces el miedo y la timidez nos aíslan del mundo. Esta hermosa historia, impresa en papel de piedra, nos recuerda la importancia de creer en uno mismo y en la verdadera amistad.
Valeria es una pequeña conejita que le encanta aprender e ir a la escuela. Se lo pasa en grande contando con todos los dedos de su mano y decir en voz alta los nombres de los colores que conforman el arcoíris. Sin embargo, Valeria es muy muy tímida y por eso intenta llamar la atención lo menos posible y hablar bajito para que no la oigan. No sabía el poder que tenía su risa y la sujetaba con firmeza para no dejarla escapar, ni tampoco conocía la fuerza que llevaban su beso y su abrazo, por eso los mantenía bien guardados.
Valeria siempre caminaba mirando al suelo ¡y por eso nunca tropezaba! Conocía a todos sus compañeros de clase no por sus caras
¡sino por sus zapatos! Pero cuando menos se lo espera, su inseparable sombrero echa a volar, y entonces Valeria se ve obligada a echar la vista hacia arriba y contemplar todo lo que se había perdido hasta ese momento.