Un bucólico pueblo sueco junto al mar ha cobrado vida tras el largo y frío invierno. Las casas encaladas, los jardines de flores, los impresionantes graneros rojos y las iglesias con campanarios, todo contra la hierba verde, aturden la vista. La ilustradora Monika Forsberg comparte una vista de su casa con esta pieza de tierra y mar. Como siempre, en su forma brillante, alegre y orgánica, captura la vida de verano simple, donde el agua es suave, el sol es cálido y el café es fuerte.