Lo que ocurre en nuestro cerebro cuando sufrimos una pérdida amorosa es similar a lo que pasa cuando nos fracturamos un hueso. Se activan las mismas zonas neuronales y por eso sentimos un dolor inmenso, como si realmente se nos hubiera roto algo por dentro. Con su estilo particular, lleno de comprensión y afecto, el doctor Santiago Rojas hace una radiografía del cuerpo y el alma bajo los efectos de una ruptura afectiva. Reúne las piezas de tu corazón roto, ármalo y renace después de haber dicho adiós.