Al cumplir los cincuenta años, Eduardo Chirinos, poeta peruano reconocido en el ámbito internacional, decidió escribir unas memorias a su manera: recabó en su pasado, año tras año, para dar cuenta de cómo su vida había avanzado hasta ese punto de inflexión en el cual se alcanza la madurez. Un texto mínimo, que recuerda a El caminante, uno de los libros fundacionales de Hermann Hesse.