No se puede construir lo nuevo sin destruir lo viejo; no se puede abrir camino a lo nuevo sin cerrar el camino a lo viejo, ni hacer progresar lo nuevo sin detener lo viejo. El verdadero amor de la humanidad nacerá cuando en todo el mundo hayan sido eliminadas las clases. Las clases han dividido la sociedad en muchos grupos antagónicos; después de la eliminación de las clases, existirá el amor de toda la humanidad, pero no existe en este momento. No podemos amar a nuestros enemigos ni a los males sociales; nuestro propósito es eliminar a unos y otros. Esto es de sentido común; ¿es posible que todavía no lo comprendan algunos de nuestros artistas y literatos?