"Cabos sueltos es la prolongación y el complemento de Cuando nada concuerda, un libro de 2013 que dediqué a la recuperación de los días de mis primeros contactos placenteros y solitarios con los libros, y a la remembranza del comienzo de mi amistad, en 1957, con los nadaístas de Medellín, ahora todos en plan de fingirse muertos. Entonces la costumbre de leer dejó de ser para mí una fuga impune a la fantasía en una habitación retirada, para enriquecerse, convertida además en una voluptuosa charla de amigos que aún no termina, porque la amistad no se acaba con la pantomima muerte, y yo jamás interrumpí mi diálogo con ellos un solo día hasta el de hoy."