Seguir a tu hermano mayor y a sus amigos, cuando tu bicicleta no tiene pedales, pero las suyas sí, no parece que vaya a acabar con éxito. Seguramente irás demasiado... lento. ¿Es eso un problema? ¡Para nada! Lo cierto es que, si nos detenemos a mirar aquello que nos rodea, nos podemos sorprender. Es tan fácil como bajar el ritmo y estar presentes. Una historia narrada con gran destreza a través de poéticas ilustraciones y cambios de perspectiva. Un álbum inspirador.