Lejos de ser un mero complemento, las cartas de Emily Dickinson constituyen una parte esencial de su universo poético. La belleza de sus poemas se encuentra también en estos textos, a medio camino entre la poesía, la confesión y el diario íntimo.
De las más de mil cartas que Emily Dickinson escribió a lo largo de su confinada aunque intensísima vida, Nicole d'Amonville ha seleccionado, anotado y traducido, con excelente criterio, fino oído y sabiduría, su personal canon, como ya hiciera con los poemas. El resultado es la edición más rigurosa y ambiciosa que se ha hecho en castellano del epistolario de la gran poeta norteamericana, una de las escritoras más extraordinarias y enigmáticas de todos los tiempos.